Esto podría llamarse la enfermedad de "debería".
Un ejemplo de esto: “nuestr@ mejor amig@ no nos llama por teléfono”.
La forma normal de reaccionar es llamarla o esperar a que nos llame.
Las personas que esperan que el mundo gire a su voluntad piensan de la siguiente forma "mi amig@ debería haber llamado. Mi amig@ debería acordarse de mi, debería de...".
Cuando pensamos que las personas deberían haber actuado de cierta forma en realidad estamos sugiriendo que deberían de comportarse de la forma que esperamos.
Cuando nos hacemos dependientes del "debería" le fijamos estándares a las otras personas. No las estamos aceptando tal y como son, queremos que sean como nosotros deseamos.
Estos “estándares” que imponemos a los otros no son sino un reflejo de nuestras propias debilidades: necesidad de continua aprobación, baja autoestima, etc.
Por mucho que deseemos cambiar a las personas estas son como son.
Cada persona ha desarrollado una personalidad basada en la experiencia de su vida y sus genes y además
¿Quienes somos nosotros para imponer a alguien como debe comportarse?
No tenemos el poder ni la autoridad para imponer estándares a otras personas. Si empezamos a esperar que la gente actúe como nosotros queremos estamos sufriendo innecesariamente.
La próxima vez que alguien no actué como tu "esperabas" no te sientas enojad@ o decepcionad@.
Menos pienses que esa persona tiene algo en tu contra. Lo más seguro es que esa persona ni siquiera sea consciente de que te ha molestado.
Cuando imponemos estándares en otras personas, estamos imponiéndonos decepción.
La decepción es un síntoma de nuestra propia debilidad y egocentrismo: de la necesidad de sentirnos queridos y atendidos todo el tiempo.
Cuando esta emoción se repite durante un largo periodo de tiempo puede llevarnos a la soledad y el aislamiento ya que "nadie es capaz de dar la talla"...
Bien, os invito a que SIMPLIFIQUEMOS nuestros pensamientos, aprendamos a ser asertivos y a no jugar a "adivinar" lo que el otro piensa o por qué ha hecho o ha dejado de hacer algo...
La próxima vez que te sorprendas pensando (o hablando) en términos de "debería" acerca de otra persona, detente y examina si estas en lo justo.
Respeta a la individualidad de cada persona. Aprende a valorarla y aceptarla. Aprende a ser asertivo.
4 comentarios:
Si no esperas... no desesperas
Entonces ¿no debemos esperar nunca nada de nadie? No estoy de acuerdo... Todos deberiamos dar y recibir en la misma medida. La decepción nos ayuda a elegir nuestras amistades...
Me parece muy bien todo lo que dice el reportage, pero no podemos generalizar, haveces no se espera nada y recibes, y otras esperas algo que nunca llega...
AMIGA REBECA PAVON
MEJOR DICHO:
No podemos cambiar el mundo, tan solo podemos adaptarnos a él, las cosas son como son y si te gustan las tomas y si no las dejas.
No sirve de nada hacerse preguntas y tratar de entender, hay que aceptar la realidad como es y dejar de imaginar como nos gustaría que fuera, porque llega un momento en que nos creemos la realidad creada como auténtica y al darnos cuenta de que no es así, todo se nos viene abajo.
No podemos hacer cambiar a las personas y, sobre todo, no debemos permitir que nos hagan cambiar a nosotros.
MUY BUENO LO DICHO POR TI SOBRE EL "DEBERIA", AYUDA A MANTENER LA CALMA Y NO ANGUSTIARCE.
KIKIN SAA
kikinsaa@gmail.com
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